Los cuencos tibetanos son artefactos de metal con forma de tazón que suenan similar a una campana. Generalmente están fabricados por una aleación de 7 a 9 metales. Los lados y el borde del cuenco vibran al ser golpeados o al recorrer su borde con un mazo o baqueta. Los cuencos tibetanos han sido usados en Asia en el budismo para meditación, inducción al trance y relajación.

Para poder utilizar un cuenco tibetano se usa normalmente una «baqueta». Una baqueta es un instrumento de madera que en ocasiones se rodea de diferentes materiales, como goma, silicona o algodón para obtener diferentes tipos de sonidos. Los sonidos que se obtienen con baqueta de madera son más agudos y los que se obtienen con algodón y otros materiales blandos son más graves. La baqueta debe tener un tamaño proporcionado con el tamaño del cuenco que se desea percutir.

Existen dos formas de tocar los cuencos tibetanos: Batido y percusión. La percusión es un golpe que se efectúa en el borde exterior del cuenco y el batido es friccionar el borde con la baqueta hasta que el cuenco comienza a emitir un sonido.